Justin Fashanu saltó a la fama en 1980 después de anotar el gol de la temporada contra el Liverpool, liderando una generación de futbolistas negros que se incorporaban a la liga inglesa. Abandonado como niño y criado por una familia adoptiva blanca en el Reino Unido, su infancia fue ciertamente dura. Pero a pesar de la intolerancia y la intimidación de los hooligans durante la época de Thatcher, Fashanu abrió su propio camino al convertirse también en el primer deportista abiertamente gay. Tenía el talento, la ambición y el carisma para convertirse en uno de los futbolistas más relevantes que Inglaterra haya visto en su historia, y sin embargo terminó suicidándose en 1998, tras una carrera llena de altibajos y polémicas. A través de un acceso sin precedentes a entrenadores, compañeros de equipo y familiares -entre ellos su hermano John, quien hizo carrea en el Wimbledon de los noventa-, los cineastas Adam Darke y Jon Carey presentan una de las historias deportivas más fascinantes y finalmente trágicas que jamás ha existido. Forbidden Games no solo explora la batalla de Justn Fashanu contra los prejuicios raciales y sexuales en el fútbol, sino también la idea de que no todos están listos para la fama y riqueza prematura que el fútbol a veces provee.